LXI Jornadas de Historia Marítima: “Historia de la Infantería de Marina”, del 30 de junio al 2 de julio
PROGRAMA Martes, 30 de junio 18:00 h. Miguel de Cervantes en las galeras del Rey…
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El Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, UNED, anuncia las fechas para realizar la preinscripción: Del…
Pueden verse accediendo a la cuenta Flicker del US Navy Naval History and Heritage Command.
En este año 2017 se cumplen 300 años de la creación de la Real Compañía de…
En el puerto de Torrevieja reposa el viejo submarino de la clase Daphne «Delfín» (S-61),…
Para promover la transformación del portaaviones R-11 Príncipe de Asturias se han creado varias plataformas.…
Durante los primeros meses de la Guerra Civil Norteamericana (1861-1865), Lincoln aun tenía esperanzas de poder sofocar la rebelión confederada rápidamente si se pudiesen controlar los principales puertos y ciudades rebeldes. En un momento donde la maquinaría de guerra federal aun estaba recomponiéndose de la pérdida de gran parte de sus fuerzas terrestres y navales, el control de los puertos atlánticos de Savannah, Georgia, y Charleston, Carolina del Sur, podría dejar a estos estados sureños sin la posibilidad de importar armamento y de exportar su valiosísimo algodón. La necesidad de cooperar entre el Ejército y la Armada se preveía vital para el éxito de dicha estrategia; sin embargo, las singularidades de la Armada y de los hombres que la conformaban no iban concebían una estrategia donde sus buques dejaban de ser protagonistas y pasaban a ser meras fuerzas auxiliares, y además perder protagonismo para que los éxitos se los llevase el Ejército. Es en este contexto donde las primeras operaciones combinadas se iban a producir, y las grandes oportunidades de finalizar la guerra en un breve espacio de tiempo se iban a perder.
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