Esta película, basada en las experiencias del Teniente R. Lawrence, Royal Scots Guard, durante la Guerra de las Malvinas, se centra principalmente en retratar las dificultades que este veterano de guerra tuvo que superar para readaptarse a la vida cotidiana. Herido en la cabeza durante el asalto a la montaña Tumbledown el 13 de junio de 1988, será evacuado al Reino Unido con la mitad de su cuerpo inmóvil. La dificultad para recuperar la movilidad será pequeña comparada con los daños psíquicos que trajo consigo desde el Atlántico Sur. La película puede recordar a la imagen que Hollywood creó del veterano de la Guerra de Vietnam. Una persona desequilibrada, autodestructiva, incapaz de rehabilitarse, enfadado con su Nación y los poderes políticos. Sin embargo, resulta asombroso el número de suicidios de veteranos de esta guerra, tanto ingleses como argentinos, que a día de hoy supera el total de muertes de la misma guerra. Una buena película que plantea como, muchas veces, la Nación política, las mismas fuerzas armadas, e incluso los ciudadanos, ni facilitan, ni asisten, ni reconocen la labor y los sacrificios de los que vuelven a casa.